Las mujeres y el karate-Do

 


Es igual la vivencia del karate para una mujer que para un hombre?

 

Este es un tema recurrente que me preguntan justamente por ser mujer y cada vez que lo respondo surge una explicación distinta, porque?

Si vamos a los inicios del karate estamos todos de acuerdo que fue creado por y para hombres..Cuando entró la mujer por primera vez a un dojo como practicante?

No he encontrado registros de la primera pero si puedo compartirles algunos pensamientos de grandes maestros.

“La práctica del Karate no discrimina entre hombres, mujeres, ancianos o niños. Fuertes o débiles, todos pueden practicar seleccionando las técnicas y formas apropiadas a su condición física”, señalaba el Maestro Chojun Miyagi (1936).

Gichin Funakoshi sensei (1868-1957) citaba “Mi mujer llegó a tener un profundo conocimiento el arte del Karate. Tenía un buen nivel y solía mediar entre disputas de borrachos. El éxito dependía enteramente de su poder de persuasión”. En los años 50, tras la guerra, Funakoshi sensei afirmaba “que hay muchas más mujeres que practican Karate, lo que es bueno. Pero si las escolares que lo aprenden temen que se sepa públicamente, nosotros, los responsables de su difusión, debemos respetárselo y mantener de cara al exterior que el Karate es un arte que debe ser practicado solo por hombres. Sin embargo, aunque el público en general tienda a pensar mal de las mujeres que desean entrenar Karate, las propias mujeres encuentran este arte tan atractivo como lo hacen los hombres ”.

Estos pensamientos me hacen reflexionar que al principio las mujeres iban a las clases pero no hacían todo el entrenamiento a la par que los hombres o peor aún, al no estar instalado en la sociedad muchas mujeres que lo practicaban preferían quedar en el anonimato.

Si tengo que hablar de mi experiencia yo me inicié en el año 1981, a los 9 años de edad y como lo conté mil veces no porque me gustara sino porque me llamaba la atención mirar por la ventana y ver a un montón de “ súper héroes” fuertes haciendo cosas que parecían importantísimas hasta que un día Sensei Fattore me invitó a entrar y probar una clase, fue ahí amor a primera técnica pero durante un tiempo bastante largo no me dejaban hacer kumite o si lo hacía los demás tenían la premisa de no hacer fuerte conmigo ( porque era una nena y encima tocaba el piano ) recuerdo que me enojaba muchísimo hasta que decidí dejar el piano para que Sensei me dejar golpear más fuerte!

Claro que en esa época si había 1 o 2 mujeres en los dojos era un lujo, con el paso del tiempo se fueron sumando más y más hoy diría que, al menos en mis clases, está bastante parejo entre unos y otros pero que pasa cuando una mujer que llega a determinada graduación o años de práctica decide dar clases ?

Sigo hablando de mi historia que es un poco el reflejo de lo que le ha pasado a muchas mujeres karatekas…cuando estaba en condiciones de tomar las riendas de una clase me dieron la responsabilidad de enseñar a los niños, un tiempo después empecé a ayudar a los juveniles y ya empezaba a recibir alguna reticencia de los varones, años después me tocó a los adultos y ahí fue la primera vez que me encontré con la realidad de muchas de nosotras….llegaban a la puerta del dojo y al ver que estaba yo al frente de la clase, sin siquiera darme la oportunidad de verla se retiraban o preguntaban cuando llegaba el Sensei ( esperando a un hombre).

No voy a negarles que al principio esto me frustró bastante, yo me sentía con el conocimiento y la experiencia para poder enseñarles pero no funcionaba hasta que mucho tiempo después, ya con muchos más años de práctica ( y frustraciones) sentí que no debía convencer a nadie, que si alguien siquiera viera mis clases se iba a quedar por lo que pudiera transmitir y no importaría el sexo y así fue…dejé de preocuparme por atraer gente y convencerlos de que yo podía dar clases y sólo me enfoqué en brindar todo lo que sabía a quienes estaban adentro de mis dojos.

Poco a poco se fue poblando de niños, mujeres y varones, juveniles y adultos y hasta hoy día muchos de ellos me siguen diciendo “ yo no estaba seguro” , “ es la primera vez que tengo una Sensei mujer” ,  “ vine a acompañar a un amigo sino no venía”…la diferencia es que ahora me río con ellos y disfruto enormemente de poder transmitir este arte que tanto amo sin tener que demostrar nada más que lo que sé.

Claro que no todo es color de rosas, al ser mujer con graduación , experiencia y nada de temor suelo estar en boca de muchos , la mayoría no me quiere mucho jajaja pero estoy tranquila , ahora sí , porque entendí que jamás mentí, no me hace falta para ser distinta a los demás porque por naturaleza soy distinta y no participo de la guerra masculina por egos o apariencias, no me hace falta…la única diferencia que no va a cambiar en mi por ser mujer es que yo si veo una injusticia o una mentira la expongo sin importar si me perjudica de alguna manera, el varón muchas veces ( no todos) usa la información que tiene a su favor, no importa si tienen que callar o hacer oídos sordos a una injusticia.

Para resumir….la mujer entró temerosa al mundo del karate y poco a poco fue ganando lugar y respeto, sólo falta que con el tiempo decanten los que nos menosprecian o nos subestiman .

Nunca se olviden de que el hombre por naturaleza puede tener más fuerza pero nada se acerca al poder del espíritu de una mujer cuando lucha por lo que quiere.




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